Ya en los primeros años del siglo VII, el Santo Isidoro de Sevilla se extrañaba de la posibilidad de cultivar la vid en comarcas tan poco favorables como son Aiaraldea, Alto Nervión, Zuia y Valdegovia.
Desde la Edad Media, el txakolí era considerado un gran regalo de la tierra así como una de las pocas formas de escape que la sociedad de aquel entonces ofrecía a quien deseara evadirse por unas horas de la dura realidad que lo envolvía.
La RAE define el chacolí como un "vino ligero algo agrio que se hace en el País Vasco, en Cantabria y en Chile". Cabe matizar esta definición ya que el chacolí presenta unas características organolépticas diferentes en función de la zona de procedencia.
En 1989 nace la Asociación Alavesa de Productores Artesanos de Txakolí-Arabako Txakolina Elkartea con el fin de mejorar la deteriorada situación a la que había llegado el viñedo en la comarca de Aiaraldea.

Hoy en día, la más moderna tecnología tiene presencia en los viñedos que dependen de la Denominación de Origen Txakoli de Álava, con sistemas que protegen de las temibles heladas de primavera que acechan a las plantaciones más cercanas a la sierra Sálvada o Gorobel y con una moderna estación meteorológica para el control de plagas y de otros valores determinantes en el proceso de producción del deseado fruto.
Actualmente hay sesenta hectáreas inscritas en la Denominación de Origen antes mencionada, con una densidad de plantación autorizada entre 2500 y 3500 cepas por hectárea. Está regulada, asimismo, la producción máxima por hectárea, limitada a 12000 kg de uva y el grado de alcohol mínimo, fijado el 9´5º. En este sentido hay que decir que, por debajo de 9º de alcohol, no se considera vino a ninguna bebida.

Para más información, visitar http://www.txakolidealava.com/index.php
Información y fotografías obtenidas del libro "Chacolí de Álava, Arabajo Txakolina" de Juanjo Hiddalgo y José Miguel Llano
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